Las 27 habitaciones del hotel tienen una personalidad única, propia de las estancias de una auténtica casa noble. Algunas disponen de encantadores balcones o galerías con vistas a las tranquilas callejuelas del Call Jueu (barrio Judío) o a la pequeña plaza frente al hotel; otras al luminoso patio interior. La esencia mallorquina se respira en cada rincón de la casa.